Dios no tiene forma, porque la forma es una condición solo posible en el tejido del espacio-tiempo. Cuando lees la palabra forma, en la traducción actual, inmediatamente entiendes que se refiere a la superficie, contorno y volumen de un cuerpo, animado o inanimado.
¿Hace dos milenios era así? Para responder a esta pregunta tenemos que ir a los escritos judíos de esa época, y analizar a qué se referían ellos hablantes de hebreo y arameo, cuando utilizaban la voz griega «morfe».
Para el bien de nuestro análisis, tras el período helénico, habían visto la necesidad de traducir las Escrituras, del hebreo al griego. Esto nos permite cotejar qué palabras hebreas eran traducidas con la palabra «morfe», y así aproximarnos a lo que ellos estaban entendiendo con ese término.
Traducciones actuales de Filipenses 2:6
Reina Valera 1960 | Biblia las Américas | Nueva Versión Internacional | Dios Habla Hoy |
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6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, | 6 el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, | 6 quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. | 6 el cual: Aunque existía con el mismo ser de Dios, no se aferró a su igualdad con él, |
El uso del griego «morfe» por los judíos
El uso del griego μορφή (morfe) en los escritos judíos apunta a lo apariencial. No es lo mismo “forma” que “apariencia”. De hecho, para ilustrarlo, puedo decir que “apariencia” y “forma” son aparentemente lo mismo.
La forma es absoluta. La forma en su primera acepción es la configuración exterior de un cuerpo que ocupa un espacio determinado por su límite.
La apariencia puede ser absoluta, pero también está sujeta a la interpretación. Por eso es que podemos hablar de formas que parecen objetos, o de objetos cuya forma le da la apariencia de otro. Es decir, se puede hablar de forma real y forma aparente.
Versículos donde se usa el griego “morfe”
Jueces 8:18 en griego:
καὶ εἶπεν πρὸς Ζεβεε καὶ Σαλμανα Ποῦ οἱ ἄνδρες, οὓς ἀπεκτείνατε ἐν Θαβωρ; καὶ εἶπαν ῾Ωσεὶ σύ, ὅμοιος σοί, ὅμοιος αὐτῶν, ὡς εἶδος μορφὴ υἱῶν βασιλέων.
El texto griego usa «μορφή» para decir que «cada uno parecía ser hijo de rey».
Job 4:16
ἀνέστην, καὶ οὐκ ἐπέγνων· εἶδον, καὶ οὐκ ἦν μορφὴ πρὸ ὀφθαλμῶν μου, ἀλλ᾽ ἢ αὔραν καὶ φωνὴν ἤκουον.
El texto griego usa «μορφή» para decir que no pudo reconocer una «apariencia».
Daniel 5:6
τότε τοῦ βασιλέως ἡ μορφὴ ἠλλοιώθη, καὶ οἱ διαλογισμοὶ αὐτοῦ συνετάρασσον αὐτόν, καὶ οἱ σύνδεσμοι τῆς ὀσφύος αὐτοῦ διελύοντο, καὶ τὰ γόνατα αὐτοῦ συνεκροτοῦντο.
En el texto griego se usa «μορφὴ» para decir que la «apariencia» del rey cambió.
SIENDO O ESTANDO
El verbo uparjón (ὑπάρχων) es traducido en las versiones de arriba como “siendo” y “existía”. Pero en otras partes del Nuevo Testamento es traducida correctamente como «estando»:
Lucas 16:23 «estando» en tormento
Hechos 7:55 «estando» lleno de espíritu santo
De manera que, Filipenses 2:6, bien puede comenzar así: “Quien, estando en apariencia divina”.
La apariencia es temporal
La apariencia es algo temporal. Precisamente porque es aparente. Está supeditado a un período, y como tal, tiene inicio y fin. Por ello, lo apariencial conjuga con lo temporal: «estando en apariencia».
Si el uso de «morfe» en Filipenses 2:6 se refiere a una apariencia, como el texto griego y el uso común judío lo corroboran, entonces el ser igual no le es inherente.
No puede aparentar algo, y ser lo que aparenta a la vez. Entonces, ya no sería una apariencia.
El versículo completo de Filipenses 2:6 dice esto en realidad:
Quien, estando en apariencia divina, no consideró arrebatar ser igual a Dios
Y se refiere a la «transfiguración». Ese momento en el que adoptó apariencia divina. Tuvo la posibilidad de que se hable de él en ese momento, como un ser divino, o como «un dios encarnado»; o incluso como «Dios».
De Jesús se dice en Mateo 17:2, que él:
μετεμορφώθη
metamorfote
Cuando la apariencia de Jesús cambió delante de sus discípulos. Ha sido traducido como «se transfiguró».
Pero él eligió no hacerlo. Jesús fue tentado en todo (Hebreos 4:5), pero no pecó. Cuando Jesús «se transfiguró»; es decir, adoptó apariencia divina (μορφῇ θεοῦ), fue tentado con la idea de que se divulgue tal evento. Pero él no pecó:
Mateo 17:2
Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos.
Marcos 9:9
Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto.
Filipenses 2:6, no trata sobre Jesús siendo igual a Dios, sino sobre él, venciendo a la tentación de ser considerado igual a Dios.