El cristianismo entiende tradicionalmente que cuando el autor en Juan 2:21 dice que Jesús hablaba del «templo de su cuerpo», se estaba refiriendo a su cuerpo.
El gran problema del adoctrinamiento es que hace que las personas dejen de analizar el lenguaje de la Biblia, porque la doctrina ya les dijo cómo deben entender.
Una de las cosas más fascinantes de la exégesis judía es la forma cómo los eruditos cuestionan la terminología. No justifican esas particulares maneras de la Biblia de decir las cosas como meros detalles de estilo, sino que ven en ello un llamado al ejercicio de la indagación.
En el caso de Juan 2:21, uno debe preguntarse, ¿por qué, si estaba refiriéndose a su cuerpo, no dijo simplemente que él hablaba de su cuerpo? ¿Por qué dice «el templo de» su cuerpo? Analicemos, a la luz de este espíritu de indagación, el versículo en cuestión.
TEMPLO Y SANTUARIO
Cuando Jesús llega al templo en Juan 2:14, el texto griego dice «ἱερῷ / iero». En Juan 2:15, también se usa el mismo término: «ἱεροῦ / ierou».
Pero cuando Jesús responde a los judeanos, en Juan 12:19, utiliza el término «ναον / naon», que se refiere al santuario (ναον) que está en el interior del complejo del templo (ἱερῷ).
Hay una palabra griega que traducen como templo, y otra palabra griega para santuario.
En Juan 2:15 se usa la palabra ierón, que traducen como templo.
En Juan 2:19 se usa la palabra naon, que significa santuario.
Templo
La palabra que se ha traducido como templo hace referencia al complejo del templo. Por eso menciona, en Juan 2:15, que «echó fuera del templo a todos». Es decir, a los que se encontraban en la parte exterior del complejo del templo.
Santuario
El complejo del templo tiene una parte interna a la que solo pueden acceder los sacerdotes, y no cuando quieran, sino cuando les corresponde, según su orden sacerdotal.
Observa lo que dice Lucas 1: 9
Conforme a lo establecido para el sacerdocio, le correspondió ofrecer el incienso, entrando en el santuario (naon) del Señor.
Cuando Jesús estaba en el complejo del templo habló del santuario que está dentro del templo, en Juan 2:19:
Los oyentes, naturalmente, entendieron que se refería al lugar inaccesible del templo. Inaccesible para los que, como él, no eran sacerdotes. Pero incluso los sacerdotes, como ya he mencionado, no puede entrar cuando quiera, sino cuando le corresponde.
Números 18:7
El autor del libro explica, en Juan 2:21, que Jesús hablaba del:
Es decir, no de la parte exterior de su ser, su cuerpo. Sino de la parte interior de su ser: su alma (psuje).
Luego, Hebreos 10:20 lo esclarece:
Este versículo no solo deja en claro que su cuerpo no es el santuario, sino que también enseña cómo habla la Biblia para especificar algo. La expresión aclaratoria «a través del velo, esto es, de su carne», es lo que hubiese usado en Juan 2:21 para aclarar que estaba hablando de su cuerpo. Algo así:
Mas él hablaba del santuario, esto es, de su cuerpo.
Pero, como ya hemos explicado hasta este punto, ese no es el lenguaje utilizado en el versículo, sino un lenguaje metafórico: El alma es al cuerpo, lo que el santuario es al templo.
¿ACASO PODÍAN DESTRUIR SU ALMA?
El verbo que han traducido cómo “derribar” es una palabra griega (λύω) que significa “desprender algo” y es usada con ese significado en Hechos 27:41, cuando relata:
Pero, al caer en un lugar donde se juntaban dos mares,
encallaron la nave; y la proa, clavada, permanecía inmóvil,
pero la popa se hacía pedazos por la violencia de las olas.
Se nota claramente el contraste. Mientras un lado permanecía fijo, el otro estaba siendo despedazado por la violencia de las olas. Puede uno imaginarse cómo las tablas salen arrancadas del barco.
De hecho, esa misma palabra fue puesta en la Septuaginta, es decir, la traducción al griego de la Torá, para indicar el “desprendimiento de algo”.
Jesús no dijo que si ellos derriban todo el templo, él lo levantará en tres días; sino que si ellos derriban el santuario del templo, él lo levantará en tres días.
La palabra traducida como «derribar» se refiere a un acto cuyo objetivo es desprender una parte. Te lo explico a continuación.
Arrancar una parte
La palabra que ha sido traducida como “derribar” está en rojo.
Juan 2:19
λύσατε τὸν ναὸν τοῦτον
Éxodo 3:5
λῦσαι τὸ ὑπόδημα ἐκ τῶν ποδῶν σου
La indicación de Dios a Moisés en hebreo, en Éxodo 3:5 es «שַׁל־נְעָלֶיךָ מֵעַל רַגְלֶיךָ»:
Remueve las sandalias de tus pies.
La indicación no es «saca tus pies de las sandalias», sino: haz que se desprendan «las sandalias de tus pies». Hace referencia a un movimiento, como de sacudirse, para que la sandalia caiga.
Los eruditos judíos que tradujeron al griego la Torá (Septuaginta), entendieron que la forma de expresar el acto de sacudir el pie para que la sandalia se desprenda, en griego, se expresa con la palabra λύω.
El mismo principio se ve en Deuteronomio 28:40 «porque sus aceitunas se desprenderán». En este versículo lo que se desprende no es el olivo completo, sino una parte de él; en este caso, el fruto.
También se puede ver en Deuteronomio 19:6 «la cabeza de hierro del hacha se desprende del mango». Aquí, no se habla de que la muerte accidental se produce porque se desprendió el hacha, sino una parte del hacha.
Jesús habló de desprender el santuario de su cuerpo: desprender el alma de su cuerpo.
Cuando el autor del libro explica en Juan 2:21 que se refería al «templo de su cuerpo», los cristianos interpretan tradicionalmente que se estaba refiriendo a su cuerpo.
En el texto griego dice:
tou naou tou sōmatos autou
al santuario de su cuerpo
Juan 2:19
No contradice en nada al resto del Nuevo Testamento. Él mismo dijo, según el mismo libro, en Juan 10:17:
¿JESÚS SE RESUCITÓ A ÉL MISMO O DIOS LO RESUCITÓ?
En tres días lo levantaré
La doctrina de la trinidad también se antepone al análisis de este versículo; de hecho, lo estorba. Cuando el lector de la Biblia lee que Jesús dice «en tres días lo levantaré», aparece la doctrina tirnitaria y le dice qué significa: “Jesús se resucitó a sí mismo porque él es Dios”.
Conforme a la doctrina del Nuevo Testamento, Jesús fue enviado por el Padre, con autoridad para poner su vida, y volver a tomarla.
El marco legal de esta dinámica es, según la doctrina neotestamentaria, el cumplimiento del pacto y la promesa de Dios.
Por ende, nada extraño ni contradictorio hay en que los apóstoles escribiesen que Dios le levantó de los muertos (Hechos 13:30), porque la voluntad es de Dios.
En ese mismo sentido, se afirma en Hechos 2:24:
Esta imposibilidad es, conforme a la doctrina de los apóstoles de Jesús, porque en él no había pecado. No había causa digna para que fuese condenado a muerte (Hechos 13:28), por ende, la muerte no pudo retenerlo, y Jesús vuelve a tomar su vida. Pero el autor del marco legal es Dios.
Cuando Jesús resucitó, volvió a levantar el santuario (ναοῦ) de su cuerpo: su alma (ψυχή / psuje).
Su cuerpo no se levantó de entre los muertos
Jesús tiene un cuerpo. Él no es su cuerpo, sino que él tiene un cuerpo.
Sobre la resurrección de Jesús, en Juan 2:22 dice:
Luego, en Juan 19:41, se lee que fue puesto:
Es decir, no fue el cuerpo de Jesús lo que resucitó, sino él. Su cuerpo no «resucitó de entre los muertos». No había ningún otro cuerpo en ese lugar de sepultura.
Pero, en referencia a su «ψυχή / psuje», dice en Hechos 2:27:
En consecuencia, se levanta en su cuerpo.
¿Qué es lo que se levanta? Lo dice el mismo versículo, Juan 2:21, cuando menciona el santuario de su cuerpo: su alma.