MATEO 5

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Mateo 5:3 – πτωχοὶ τῷ πνεύματι (ptojoi to pneumati)

La expresión πτωχοὶ τῷ πνεύματι combina el término πτωχοὶ (literalmente, «pobres») con el dativo τῷ πνεύματι («en el espíritu»). En el judeo-griego koiné, πτωχός describe a alguien indigente o necesitado, pero al ser modificado por τῷ πνεύματι, sugiere una dimensión espiritual que se entiende mejor en el contexto de hebraísmos como שְׁפַל־רוּחַ (shefal-ruaj, «humilde de espíritu»).

En la tradición hebrea, shefal-ruaj no se refiere a la pobreza material ni a la falta de habilidades espirituales, sino a una disposición interior de humildad auténtica y reconocimiento de la propia pequeñez ante Dios. Esta actitud se contrasta con la soberbia (gaavá), que es percibida como el principal obstáculo para la relación con lo divino.

Referencias bíblicas y rabínicas:
Isaías 57:15 utiliza el término שְׁפַל־רוּחַ para describir a quienes Dios acompaña y consuela: los humildes de espíritu son aquellos que viven conscientes de su dependencia y fragilidad, lo que les permite experimentar la cercanía divina. Proverbios 29:23 refuerza esta idea al mostrar la humildad como un camino hacia el honor. Asimismo, los textos rabínicos, como Pirkei Avot 4:4, elogian esta disposición interior como una virtud esencial en la ética judía.

Significado y función en Mateo 5:3:
La expresión πτωχοὶ τῷ πνεύματι en este contexto destaca a los humildes de espíritu como aquellos que reconocen no solo su necesidad de Dios, sino también su relación de igualdad con los demás, evitando toda altivez o prepotencia. Esto no implica autodesprecio ni pobreza autoinfligida, sino una conciencia que permite valorar a otros como iguales o superiores, fomentando relaciones basadas en la humildad y la empatía.

En la cosmovisión hebrea, esta humildad tiene implicaciones éticas profundas: el reconocimiento de las propias limitaciones y la ausencia de orgullo permiten construir comunidades justas y receptivas a lo divino. Como señala Filipenses 2:3, considerar a los demás como superiores refuerza esta idea, vinculando la humildad interior con el comportamiento hacia los demás.

El término πτωχοὶ τῷ πνεύματι debe entenderse como una descripción de quienes poseen una humildad consciente, no como un estado de carencia espiritual, sino como una virtud profundamente enraizada en la tradición hebrea de shefal-ruaj. Estas personas están preparadas para participar en el reino de los cielos, ya que su humildad les permite alinearse con la voluntad divina y con los valores de la comunidad.


Mateo 5:8 – τὸν θεὸν ὄψονται (ton theon opsontai)

La frase τὸν θεὸν ὄψονται (literalmente, «a Dios verán») es un hebraísmo que refleja una construcción lingüística típica del hebreo bíblico y rabínico. En estos contextos, «ver» (en hebreo יִרְאֶה yir’eh o יִרְאוּ yir’u) no necesariamente describe una percepción visual directa, sino que funciona como un verbo performativo que denota ser testigo de eventos significativos relacionados con la acción o intervención de un sujeto.

Ejemplos en la tradición hebrea:

Isaías 52:8: «כִּי עַיִן בְּעַיִן יִרְאוּ בְּשׁוּב ה’ צִיּוֹן» (Ki ‘ayin b’ayin yir’u b’shuv Adonai Tzion, «Porque ojo a ojo verán cuando el Señor vuelva a Sión»). Aquí, «verán» se utiliza como un término que indica ser testigo presencial del retorno a Sión, un evento histórico de restauración colectiva.

Uso rabínico: En textos como Bnei Majshavá Tová 13, el verbo «ver» aparece en expresiones que implican observar cómo se manifiestan fuerzas o acciones que trascienden lo cotidiano, como en la frase:
«Fortalece tus ojos y observa cómo el mundo está lleno del dominio divino.»
Esta formulación sociolingüística utiliza «ver» para referirse a reconocer eventos que están marcados por significado o agencia específica, no a percepción física.

Contexto en Mateo 5:8:
La construcción ὄψονται en el judeo-griego koiné mantiene este uso semántico ampliado, donde «ver» implica no un acto visual, sino presenciar o experimentar hechos que evidencian la autoridad o acción del sujeto mencionado, en este caso, «Dios». El verbo también se vincula con un marco cultural donde los eventos importantes o decisivos en la vida de una comunidad se entienden como visibles y evidentes, no necesariamente en términos sensoriales, sino como procesos reconocibles en el entorno histórico y social.

Sociolingüística del hebraísmo:
El uso de «verán» aquí responde a una pragmática lingüística de las sociedades semíticas donde los verbos relacionados con la visión frecuentemente actúan como indicadores de experiencia directa o participación en un evento significativo. En este caso, ὄψονται podría reformularse como «serán testigos de» o «experimentarán la acción de», evidenciando el cumplimiento de un marco normativo o simbólico esperado por el grupo.

La expresión τὸν θεὸν ὄψονται en Mateo 5:8 es un hebraísmo performativo que debe entenderse en términos sociolingüísticos: no implica percepción visual, sino participación activa en eventos que evidencian la intervención o cumplimiento de un marco simbólico asociado con «Dios» en el contexto del grupo. Esto refleja un uso pragmático del lenguaje para establecer autoridad y relevancia colectiva.


Mateo 5:15 – μόδιον (modion)

La palabra griega μόδιον (modion) designa un recipiente utilizado para medir granos o productos agrícolas, generalmente equivalente a un volumen aproximado de 8,75 litros en el sistema romano (medida conocida como modius).

Análisis semántico y contexto sociolingüístico:
El término deriva del latín modius, que era ampliamente conocido en las provincias del Imperio Romano, incluida Judea, durante el período del Segundo Templo. Este préstamo lingüístico refleja la influencia de las estructuras económicas y administrativas romanas en la vida cotidiana de las comunidades semíticas bajo dominio imperial.

En el contexto doméstico y agrícola, un μόδιον no solo se usaba para medir, sino que también podía servir como contenedor de almacenamiento. Su mención en este versículo hace referencia a un objeto familiar en el ámbito doméstico, fácilmente comprensible para los oyentes originales.

Uso figurativo en el texto:
Aquí, el μόδιον se utiliza en una metáfora que resalta el contraste entre ocultar y mostrar la luz. Colocar una lámpara debajo de un μόδιον implica sofocar su función principal, ya que el recipiente impediría que la luz se disperse adecuadamente. Este uso figurativo aprovecha la familiaridad de los oyentes con el objeto para reforzar la enseñanza: una luz no se oculta, sino que se coloca donde pueda cumplir su propósito.

Equivalentes en hebreo y arameo:
En un posible contexto hebreo o arameo, el equivalente funcional podría ser un término como סאה (seah), una medida de volumen utilizada en la literatura bíblica y rabínica para referirse a recipientes de grano. Este término aparece en contextos agrícolas y económicos similares, subrayando el vínculo entre el texto judeo-griego y las prácticas locales.

El uso de μόδιον en Mateo 5:15 refleja un préstamo cultural adaptado al contexto doméstico y agrícola de la época. Su mención refuerza la enseñanza a través de una imagen concreta y accesible: la inutilidad de ocultar una lámpara debajo de un recipiente que normalmente se usaría para medir o almacenar granos. Este término conecta la metáfora con la vida cotidiana de los oyentes originales, utilizando un objeto común para transmitir una enseñanza clara y directa.


Mateo 5:16 – ὁ πατὴρ ὑμῶν ὁ οὐράνιος (ho pater hymon ho ouranios, «el Padre de ustedes el celestial»)

Ausencia en el Tanaj

La expresión «Padre de ustedes el celestial» no tiene precedentes en el Tanaj. En la literatura bíblica hebrea, aunque se reconoce a Dios como Padre en algunos contextos metafóricos (por ejemplo, Isaías 63:16: «כִּי־אַתָּה אָבִינוּ« – «porque tú eres nuestro Padre»), no existe una referencia específica a «Padre celestial». La expresión es una construcción semántica que emerge en el período del Segundo Templo, también conocido como el período intertestamentario.

Origen y contexto en la tradición judía

En la tradición judía posterior, especialmente en la literatura rabínica, aparece la frase אָבִינוּ שָׁבַּשָׁמַיִם (Avinu shebashamayim, «Nuestro Padre que está en los cielos»), como una forma de referirse a Dios. Esta construcción refleja una tendencia de ese período a evitar el uso directo del nombre de Dios (Tetragrámaton), adoptando títulos alternativos como «Padre celestial» o simplemente «los Cielos» (ha-shamayim).

Razones de esta construcción:

  1. Temor reverencial: Para evitar pronunciar el nombre divino, en consonancia con la creciente sacralización del lenguaje relacionado con Dios.
  2. Relación cercana y paternal: «Padre celestial» enfatiza una relación de cuidado y autoridad, pero sin comprometer la unicidad de Dios.
  3. Uso en contextos litúrgicos y éticos: Aparece en oraciones, enseñanzas y debates legales como un medio para enfatizar la obediencia a Dios y su lugar como soberano único.

Ejemplos rabínicos:

  1. Mishná Sotá 9:
    En esta sección, la expresión Avinu shebashamayim se utiliza para resaltar a Dios como una figura paternal que guía y corrige, refiriéndose a Su soberanía única.
  2. Talmud Yerushalmi, Hagigá 2:1:
    Se encuentra la referencia:
    «בָּרוּךְ י֙י אֱלֹהֵי אַבְרָהָם יִצְחָק וְיַעֲקֹב שֶׁנָּתַן לְאַבְרָהָם אָבִינוּ בֶּן חָכָם יוֹדֵעַ לִדְרוֹשׁ בִּכְבוֹד אָבִינוּ שֶׁבָּשָּׁמַיִם
    «Bendito sea el Señor, Dios de Abraham, Isaac y Jacob, que dio a Abraham, nuestro padre, un hijo sabio que conoce cómo enseñar para la gloria de nuestro Padre que está en los cielos.»
    Este ejemplo muestra cómo se utiliza «Padre celestial» en un marco litúrgico para describir la providencia y el propósito divino.

Distinción con la teología cristiana

Es crucial destacar que la frase ὁ πατὴρ ὑμῶν ὁ οὐράνιος en Mateo no tiene relación con la teología cristiana posterior, que asocia la figura del «Padre» con una Trinidad. En el contexto judío del período del Segundo Templo, la expresión se refiere únicamente al Dios único, en línea con la estricta monoteología de Israel.

La expresión «Padre celestial» tiene raíces semánticas en la tradición judía del período intertestamentario, como una alternativa reverencial para referirse a Dios. Este uso refleja una evolución lingüística que responde a necesidades teológicas y culturales específicas, y su inclusión en Mateo 5:16 se alinea con el marco idiomático del judaísmo del Segundo Templo, sin implicaciones de una relación trinitaria.


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