Dios dice de sí que él es uno. Dios jamás dice de sí que él es tres. Este podría ser el fin de la discusión, pero hay argumentos a favor de la doctrina de la trinidad que deben ser contestados.
La única manera en la que “uno” pueda equivaler a “tres”, es si vemos la Biblia a través de un filtro. La doctrina de la trinidad se interpone para sentenciar, antes de que tus ojos vean los versículos, que “Dios es trino”. Y además decreta que cualquiera que la cuestione, “está incurriendo en herejía”.
Entre los 613 mandamientos de Dios en la Biblia, ninguno manifiesta que Dios es tres, y tampoco prohíbe creer que Dios es uno. Lo opuesto sí es verdad; que Dios dice que es uno, y manda que no tengamos dioses ajenos. La Doctrina de la trinidad añade dos dioses, pero para hacerlo, incurre en algo más grave: distorsiona los versículos para presumir de legitimidad escritural.
Al igual que en una edificación de hechura humana, en la doctrina de la trinidad hay pilares que tienen un rol fundamental, sin los cuales la estructura no puede existir. A su vez, sostienen las vigas, que soportan cargas y las transfieren a los pilares.
Los pilares de la doctrina de la trinidad
Son versículos añadidos a las Escrituras o escandalosamente alterados.
[1] Mateo 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Las razones internas que la crítica textual considera como suficientes para considerar este versículo como una añadidura:
- Ningún otro versículo menciona “en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”.
- Si el nombre del Padre es “Jehová”, y el del Hijo es “Jesús”, ¿cuál es el nombre del “Espíritu Santo”? No lo tiene.
- Los versículos que relatan bautismos en el Nuevo Testamento no registran la fórmula bautismal trinitaria.
Entre las razones externas, las que son consideradas de mayor autoridad son las citas textuales en los escritos de Eusebio de Cesarea (evidencia patrística). El autor de Historia Eclesiástica y Demostración Evangélica, cita lo que hoy es Mateo 28:19 de esta manera: “Id y haced discípulos de todas las naciones en mi nombre”.
[2] 1 Juan 5:7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.
Este es el texto griego del versículo: ὅτι τρεῖς εἰσιν οἱ μαρτυροῦντες
La cita correcta de 1 Juan 5: 7 Porque tres son los que dan testimonio: 8 El espíritu, el agua, y la sangre; y los tres concuerdan.
[3] 1 Timoteo 3:16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.
Los traductores más honestos vierten este versículo de la forma como está escrito en griego, “Ὃς ἐφανερώθη ἐν σαρκί,”(os efaneróthe en sarki): “Aquel que fue manifestado en carne”.
No era necesario alterar el versículo al momento de traducir. A menos que se tenga la intención de crear un pilar para la doctrina de la trinidad, que incluye el dogma de la «encarnación de Dios».
[4] Juan 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Ya he explicado en una publicación específica sobre este versículo, que el texto griego no dice que “el verbo era Dios”. Pero no solo han modificado el versículo al traducirlo, sino que se han escrito sendos artículos para justificar esa alteración.
Generar una nueva regla de traducción para la sintaxis del griego, específicamente para este versículo, es parte de la intervención para erigir un nuevo pilar que permita la existencia de la estructura: la doctrina de la trinidad.
[5] Apocalipsis 1:11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.
A este versículo, los traductores le han añadido toda la sección “Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”. En el texto griego no aparece esa declaración. Este es el versículo sin modificar: “que decía: Escribe lo que ves en un rollo, y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea”.
Esta añadidura pretende igualar Apocalipsis 1:11 con Apocalipsis 1:8, en donde Dios dice de sí mismo: “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”.
La alteración de Apocalipsis 1:11 sirve para alegar, en favor de la doctrina de la trinidad, que Jesús es “Todopoderoso”. Pero en Apocalipsis, solo Dios es el Alfa y la Omega.
Las vigas de la doctrina de la trinidad
Aquí encontramos dos tipos de intervención al texto original:
- Versículos sutilmente modificados para dar soporte estructural a la doctrina.
- Interpretación forzada de versículos
Versículos modificados
Filipenses 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Este versículo ha sido modificado intencionalmente y se ha convertido en emblema para las iglesias. Es citado en prédicas, charlas de motivación, impreso en panfletos, plasmado en prendas de vestir, etc. Pero es una adulteración.
El texto griego del versículo es este: πάντα ἰσχύω ἐν τῷ ἐνδυναμοῦντί με. Es decir: “Todo lo puedo en aquel que me fortalece”. Y con base en el contexto, aquel a quien el apóstol atribuye su fortalecimiento es a Dios.
El contexto
Aconseja dirigir las peticiones a Dios. Dice que la paz de Dios guardará nuestros corazones. Enseña que si hacemos lo que aprendimos, Dios estará con nosotros. Expresa que Dios suplirá todo lo que nos falte. Y atribuye al “Dios y Padre” la gloria por los siglos de los siglos.
Los traductores decidieron atribuir el fortalecimiento del apóstol Pablo, a Cristo. Y ahora, la gloria es para Jesús, y no para el Dios y Padre a quien Jesús glorificó.
Hechos 7:59 Biblia King James: Mientras apedreaban a Esteban, él invocó a Dios diciendo: Señor Jesús, recibe mi espíritu.
El versículo en realidad no dice que “invocó a Dios”. Solamente dice que “invocó (epikaloumenon) diciendo”. No se trató de una oración, sino de una expresión consecuente con lo que él estaba viendo. En el momento de su martirio, el apóstol Esteban tuvo una visión de Jesús. Al verlo, le llamó por su nombre (invocar).
Otras versiones de la Biblia en español vierten el verbo griego “ἐπικαλούμενον” (epikaloumenon) injustificadamente como “oró”. Esto lo hacen para justificar la práctica cristiana —muy extendida— de dirigir las oraciones a Jesús.
Tito 2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
La palabra “gloriosa” en esta traducción aparece como adjetivo de la “manifestación”. La califica de “gloriosa”. Y es así como comienza la manipulación. El versículo en griego usa el sintagma nominal “de la gloria”, como aquello que se va a manifestar.
En la traducción manipulada de este versículo, quien se va a manifestar es Dios. Y esa manifestación es calificada como “gloriosa”. Altera completamente el sentido del texto.
El apóstol dice que aguardemos la “ἐπιφάνειαν” (epiphaneian); es decir, la manifestación. ¿Qué se va a manifestar? Lo dice el versículo sin alterar: “la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador”.
La palabra “gloria”
Jesús es la manifestación de la gloria de Dios. La palabra “gloria” es traducida del griego “δοξα” (doxa), que a su vez fue utilizada por los traductores judíos de la Septuaginta como equivalente a la palabra hebrea “כבוד” (kavod).
Es importante tener en cuenta que el apóstol Pablo era un judío erudito, formado desde su niñez como parte de todo un linaje dedicado al escrutinio de las Escrituras (hebreas). Esto es relevante porque la palabra hebrea “kavod” (literalmente «peso») toma su significado de la impresión que deja un objeto pesado, como el de una gran piedra sobre el barro.
Entonces, cuando Pablo menciona la “manifestación de la doxa” de Dios, se refiere a Jesús. Y concuerda con Hebreos 1:3, donde es llamado “la impresión de su sustancia”.
Dios es uno
El Dios de la Biblia, el Eterno, es uno. Hoy muchos ignorantes del idioma hebreo copian y pegan enunciados cliché sobre la palabra hebrea “ejad”, como “ejad significa «unidad compuesta»”. Aquí, en La Biblia Revisada, ya hemos respondido a ese artificio.
La doctrina de la trinidad no es bíblica. Sus pilares se apoyan sobre zapatas dogmáticas. No tiene su origen en la revelación de Dios sobre sí mismo. Es un constructo apoyado sobre un armatoste que tambalea ante la mínima brisa del análisis.