Los versículos de Juan 1:1-2 mantienen rimas, y entre las rimas conservan la misma cantidad de palabras (métrica).
- Cinco palabras en los versos que acaban en logos.
- Siete palabras en los versos que acaban en Theon.
Versos 1 y 2
Ἐν ἀρχῇ ἦν ὁ λόγος,
En arje en o logos
En principio estaba la expresión
καὶ ὁ λόγος ἦν πρὸς τὸν θεόν,
kai o logos en pros ton Theon
Y la expresión estaba con Dios
καὶ θεὸς ἦν ὁ λόγος
kai theos en o logos
y divina era la expresión
οὗτος ἦν ἐν ἀρχῇ πρὸς τὸν θεόν.
outos en en arje pros ton Theon
Esta estaba en el principio con Dios
Ahora, solo en español
En principio estaba la expresión
y la expresión estaba con Dios
Y divina era la expresión
Esta estaba en el principio con Dios
Esta introducción parece ser una referencia a Génesis. Entonces la expresión a la que se refiere es “sea la luz”. Porque eso es lo primero que pronuncia la expresión de Dios en Génesis 1:3:
Al comienzo de crear Dios a los cielos y a la tierra; la tierra fue sin forma y desordenada, con tinieblas sobre la superficie de las profundidades y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas. Entonces Dios dijo: “Sea la luz”.
Siendo así, la lectura es diferente a la ofrecida por los traductores cristianos, y toma una forma bíblicamente coherente:
En principio estaba la expresión
y la expresión estaba con Dios
Y divina era la expresión
Esta estaba en el principio con Dios.
Porque en vez de continuar con: “Todas las cosas por él (logos) fueron hechas”, en realidad pone al protagonista en su verdadero lugar, en Juan 1:3-9:
Todas las cosas por Él (Dios) fueron hechas, y sin Él (Dios) nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En Él (Dios) estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres… Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
Con esta lectura que yo considero correcta, se anulan las redundancias ilógicas de la traducción cristiana, y todo encaja con naturalidad. Ya no hay ese entrevero irresoluble de:
Dios, que a la vez es Logos, y que a su vez es Luz; y que además se hizo hombre.
Lo que hay en la introducción de este libro, es la expresión de una nueva cosmovisión judía, legítimamente mesiánica, en la que:
Dios tiene una expresión. La expresión de Dios es una luz verdadera. Luego, Dios envió esa luz para los hombres.