En Juan 6:62, el verbo ἀναβαίνω (anabaino), compuesto por la preposición ἀνά (ana), que puede significar «sobre», «encima», «de nuevo» o «en respuesta a», y el verbo βαίνω (baino), que significa «caminar» o «dar un paso», tiene el sentido literal de «subir» o «ascender».
En contextos más amplios, implica acciones como subirse a algo (una plataforma, un caballo, una embarcación), o bien, trasladarse hacia un lugar superior, ya sea física, simbólica o jerárquicamente.
Este verbo también puede expresar la conclusión de un conjunto de eventos (Hechos 21:31), la entrada de pensamientos en el corazón (Hechos 7:23; 1 Corintios 2:9), o el progreso en conocimiento, lo que sugiere una «ascensión» hacia una comprensión más elevada.
En el Nuevo Testamento, este verbo se utiliza tanto de forma literal como figurada. De manera literal, describe el acto de subir hacia un lugar geográfico de mayor altura o prestigio, como en las referencias frecuentes a «subir a Jerusalén» (Lucas 2:42; Juan 5:1).
En el marco del Nuevo Testamento, ἀναβαίνω aparece 80 veces, con aplicaciones tanto narrativas como simbólicas. También da origen a otros términos derivados que amplían su semántica, como ἀνάβασις (anabasis), que denota un «ascenso» o «progreso», y otros compuestos que refuerzan su uso tanto en contextos físicos como espirituales.