IEHOSHÚA 9

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En el texto de Josué 9:2 aparece la frase hebrea פֶּה אֶחָד (pe éjad), que traducida palabra por palabra significa «boca una». Esta es una expresión idiomática, es decir, una forma de hablar que no debe interpretarse literalmente porque tiene un significado especial en el idioma. En este caso, «boca una» transmite la idea de estar unidos, actuar o hablar con una sola intención o propósito. En español, podríamos decirlo como «de común acuerdo» o «con una sola voz». Ambas frases significan que las personas involucradas estaban coordinadas, sin desacuerdos, como si todos hablaran al mismo tiempo con un solo mensaje.

Esta manera de usar «boca» tiene un sentido simbólico. La boca, en muchas culturas, se asocia con hablar y expresar pensamientos o decisiones. Cuando se dice que varios grupos actuaron con «una boca», se sugiere que todos ellos compartían la misma decisión o intención, como si fueran un solo cuerpo o entidad. En el contexto de Josué, esto implica que varios reyes o pueblos se unieron en un pacto de colaboración para enfrentarse juntos a Josué e Israel.

Las expresiones idiomáticas como esta son muy comunes en los textos bíblicos, porque los autores querían transmitir ideas de forma breve y poderosa, y para esto, usan imágenes que sus contemporáneos entendían de inmediato. Sin embargo, al traducir estos textos a otros idiomas, especialmente a lenguas modernas como el español, es un desafío porque las expresiones idiomáticas de una cultura no siempre tienen un equivalente directo en otra. Por eso, en traducciones más interpretativas, esta frase suele adaptarse para que se comprenda mejor el sentido original, aunque pierda la imagen literal de la «boca». Aquí, sin embargo, la mantuvimos fiel al hebreo, para que puedas tener contacto con su forma exacta.


En Josué 9:4, el texto nos dice que los gabaonitas «se presentaron como enviados», lo cual proviene del verbo hebreo וַיִּצְטַיָּרוּ (vaitztaiáru). Esta palabra tiene un significado más profundo de lo que podría parecer a simple vista.

El comentarista medieval Rashí, experto en lengua hebrea, explica que esta palabra está relacionada con el término צִיר (tzir), que significa «mensajero» o «enviado». Este término aparece también en otros lugares de la Biblia, como en Abdías 1:1: «Se envió un mensajero entre las naciones».

Rashí señala que los gabaonitas no solo cambiaron su apariencia, usando sacos viejos y odres rotos, sino que se hicieron pasar por embajadores o representantes de una tierra lejana. En otras palabras, su engaño fue completo: vestían y actuaban como si realmente vinieran en una misión diplomática.

Además, el hebreo bíblico tiene una peculiaridad gramatical interesante que Rashí también menciona. Algunas raíces que comienzan con la letra צ (tzade), como la raíz de esta palabra, adoptan una ט (tet) en ciertos tipos de verbos reflexivos. Esto crea formas verbales que indican que el sujeto realiza una acción sobre sí mismo. Por ejemplo:

  • נִצְטַדָּק (nitztaqdáq), «justificarse a uno mismo», viene de צֶדֶק (tzédeq, justicia).
  • יִצְטַבַּע (itztabá), «ser teñido» o «mojarse», proviene de צֶבַע (tzéva, color).

De la misma manera, וַיִּצְטַיָּרוּ indica que los gabaonitas se crearon una nueva imagen o apariencia para ellos mismos. Este detalle lingüístico es importante porque refuerza que no se trata solo de un disfraz, sino de un papel cuidadosamente adoptado, como el de unos emisarios.


En Josué 9:14, encontramos la expresión וַיִּקְחוּ הָאֲנָשִׁים מִצֵּידָם (vaiqjú ha’anashím mitzédam), que se traduce literalmente como «tomaron los hombres de sus provisiones». A simple vista, podrías pensar que los israelitas simplemente revisaron o aceptaron los víveres que los gabaonitas llevaban consigo. Pero en realidad, esta frase tiene un doble sentido muy interesante en hebreo. No solo habla de tomar provisiones físicas, sino que sugiere algo más profundo: aceptaron sin cuestionar la historia que les contaron, creyendo en el engaño de que los gabaonitas venían desde muy lejos.

La clave está en la palabra צֵידָה (tzedá), que significa «provisiones» o «suministros para un viaje». Sin embargo, en el hebreo bíblico, también está relacionada con la idea de preparación o estrategia. Aquí es donde el relato juega con el lenguaje. Los gabaonitas prepararon estas provisiones deterioradas –pan seco, odres rotos– para reforzar su mentira. Entonces, cuando el texto dice que «los hombres tomaron de sus provisiones», lo que en realidad comunica es que los israelitas se tragaron toda la historia. Es como si en español dijéramos «se comieron el cuento». Aceptaron el relato sin hacer preguntas.

Esta idea de «preparar» y «aceptar» está presente en otros pasajes bíblicos. Por ejemplo, en Éxodo 21:13, encontramos la expresión לֹא צָדָה (lo tzadá), que significa «no lo planeó». Allí, el término sugiere que algo ocurrió de forma accidental, sin ninguna planificación previa. Vemos aquí cómo la raíz צדה está relacionada con la preparación y la intención. En Josué, los gabaonitas sí habían preparado cuidadosamente su engaño con esas provisiones falsas, y los israelitas cayeron en la trampa porque no percibieron la intención oculta detrás de la apariencia.


En Josué 9:14 encontramos la frase וְאֶת־פִּי יְהוָה לֹא שָׁאָלוּ (ve’et-pi Hashem lo sha’alu), que se traduce literalmente como «y la boca de Hashem no consultaron». Esta expresión puede sonar extraña en español, pero en hebreo es una forma idiomática que significa «no consultaron la voluntad de Hashem». La imagen de «la boca» en este contexto simboliza lo que alguien quiere expresar, es decir, su intención o deseo. De este modo, el texto nos dice que los israelitas no buscaron orientación de Duis sobre la situación, y confiaron únicamente en lo que veían y en lo que los gabaonitas les contaron.

Para entenderlo mejor, podemos ver un ejemplo similar en Génesis 24:57. Allí se utiliza una frase casi idéntica: וְנִשְׁאֲלָה אֶת־פִּיהָ (venishaláh et-piha), que significa «consultaremos su boca». Este pasaje aparece cuando la familia de Rebeca es consultada para saber si ella está dispuesta a irse con el siervo de Abraham. Aquí, la expresión «consultar su boca» equivale a preguntar directamente cuál es su voluntad. En ambos textos, tanto en Génesis como en Josué, la «boca» representa la expresión de un deseo o decisión.

Ahora bien, me interesa que notes la relación entre las palabras usadas en estos dos pasajes. En Josué, el verbo es שָׁאָלוּ (sha’alu), que significa «consultaron» o «preguntaron». En Génesis, tenemos וְנִשְׁאֲלָה (venishaláh), que es una forma diferente del mismo verbo, que indica una consulta o pregunta futura. Ambas comparten la misma raíz, שׁ־א־ל (sh-a-l), que siempre se refiere a pedir información o consejo.

También es interesante que observes el paralelismo entre las expresiones אֶת־פִּי יְהוָה (et-pi Hashem) y אֶת־פִּיהָ (et-piha). En el primer caso, se refiere a la «boca de Hashem», mientras que en el segundo, a la «boca de ella», es decir, de Rebeca. Con esto puedes corroborar que en el hebreo bíblico se utiliza «la boca» como una metáfora para el deseo o voluntad de una persona (o de Dios).


En Josué 9:15 encontramos la expresión וַיִּכְרֹת לָהֶם בְּרִית (vaikrót lahem berít), que literalmente se traduce como «cortó para ellos un pacto». Aquí, la elección del verbo כָּרַת (karát), que significa «cortar», es muy significativa. No es simplemente una manera antigua de decir «hacer un pacto». Más bien, este verbo refleja cómo los antiguos israelitas entendían lo que significa un acuerdo solemne: una ruptura con el estado de cosas anterior.

Pensemos en esto de manera sencilla. Cuando hacemos un pacto, lo que realmente sucede es que establecemos una nueva relación, un nuevo compromiso que no existía antes. Esto implica que algo ha cambiado. Lo que era normal hasta ese momento queda atrás, y ahora hay un nuevo estándar, una nueva realidad entre las partes involucradas. El hebreo expresa este cambio con el verbo «cortar», porque al igual que cuando cortas algo, se interrumpe una continuidad.

En las culturas antiguas, esta idea de romper con lo anterior se representaba a menudo de forma visual y simbólica mediante rituales. Por ejemplo, era común que, al hacer un pacto, se sacrificara un animal, cortándolo en dos partes. Este acto no era simplemente un sacrificio por sí mismo, sino una manera de mostrar físicamente lo que el pacto significaba: «Estamos cortando lo que era antes y estableciendo algo nuevo». Sin embargo, el acto de cortar no es la causa del pacto, sino una representación de lo que ya se había acordado entre las partes.

Un buen ejemplo de esto se encuentra en Génesis 15, cuando Dios hace un pacto con Abraham. Dios le pide que corte animales en dos y luego, mediante un símbolo, pasa entre las mitades. El acto de cortar esos animales muestra que se ha creado un nuevo compromiso entre Dios y Abraham: la promesa de una descendencia y una tierra. Lo importante aquí no es el acto físico, sino el cambio que simboliza.

De ahí que en la Biblia se siga utilizando el verbo «cortar» incluso en situaciones donde no hay sacrificios rituales. En el caso de Josué 9:15, aunque no se menciona que se haya sacrificado ningún animal, el texto aún dice que Josué «cortó un pacto» con los gabaonitas. Esto nos indica que, a los ojos del escritor bíblico, lo central en un pacto es que se establece una nueva normalidad. Los gabaonitas, que antes eran considerados enemigos potenciales, ahora pasan a estar bajo un acuerdo de protección y paz. Esa nueva relación es el verdadero «corte» que importa.


En Josué 9:23 aparece la frase וְלֹא־יִכָּרֵת מִכֶּם עֶבֶד (velo-ikáret mikem éved), que literalmente se traduce como «y no será cortado de entre ustedes un esclavo». Aquí tenemos un juego de palabras basado en el verbo כָּרַת (karát), que ya hemos visto antes, y que en este contexto adquiere un sentido distinto, pero conectado con su significado central: cortar, interrumpir, romper una continuidad.

Recordemos que כָּרַת normalmente se usa para hablar de pactos. En esos casos, cortar implica una ruptura en la relación previa para establecer una nueva norma. Sin embargo, aquí la idea de «cortar» se refiere a algo que no va a desaparecer ni ser eliminado. Cuando Josué dice que «no será cortado de ustedes un esclavo», está declarando que los gabaonitas quedarán sujetos permanentemente a su nueva condición: serán siervos perpetuos, responsables de tareas como cortar leña y extraer agua para el pueblo de Israel y para el servicio. Es decir, aunque lograron salvar sus vidas mediante “cortar” un pacto, este acuerdo trajo consigo una forma de castigo o compensación, que consistía en mantener una posición de subordinación sin posibilidad de “romper” ese vínculo.

Ahora bien, el juego con el verbo כָּרַת es interesantísimo. Por un lado, se usa en su forma habitual para referirse al acto de «cortar» pactos. Pero aquí se emplea en forma pasiva (יִכָּרֵת), para indicar que algo no será «cortado» o «separado» de la comunidad. En otras palabras, no podrán ser liberados ni desligados de la responsabilidad que el pacto les impuso. Es como si el texto dijera: «Este lazo que los ata a esta función no será roto; siempre habrá entre ustedes alguien en esta posición de servidumbre».


En Josué 9:24, los gabaonitas dicen: כִּי הֻגֵּד הֻגַּד לַעֲבָדֶיךָ (ki huguéd hugád la‘avadéja), que literalmente se traduce como «porque fue anunciado anunciando a tus siervos». A simple vista, esta repetición del verbo הֻגַּד (hugád), que proviene de la raíz נָגַד (nagad), puede parecer un énfasis innecesario. Pero en hebreo bíblico, repetir un verbo no es solo una cuestión de estilo, sino una forma de comunicar algo más.

La raíz נָגַד tiene la idea de «poner algo frente a alguien», como cuando se muestra o se declara algo importante. No es un anuncio cualquiera, sino algo que se coloca ante los ojos o la mente de una persona de manera directa y clara. En este caso, el mensaje sobre lo que Hashem había ordenado a Moisés, que incluía la conquista de las tierras cananeas, fue algo que se presentó a los gabaonitas de manera insistente, como una advertencia que no podían ignorar.

Por eso, cuando dicen הֻגֵּד הֻגַּד, no solo quieren decir que se les informó una vez. Están diciendo que este anuncio fue reiterado, que se les puso «frente a ellos» de tal manera que se sintieron impulsados a actuar rápidamente. La repetición comunica una urgencia, un mensaje que se les transmitió con tanta fuerza que condicionó sus decisiones. Sabían que si no hacían algo, ese mandato que habían escuchado se cumpliría sobre ellos, lo que implicaría su destrucción.


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