1 Tim 3:16: Dios no se manifestó en carne
Uno de los pasajes más citados por sectores del unicitarismo protestante para sostener la doctrina de la encarnación es 1 Timoteo 3:16. Sin embargo, la afirmación “Dios se manifestó en carne” no concuerda con los manuscritos griegos ni en el análisis gramatical del texto. Es una declaración doctrinal, no textual.
Existen tres grandes códices unciales que contienen este versículo: el Códice Sinaítico y el Códice Vaticano, ambos del siglo IV, y el Códice Alejandrino, que data del siglo V. En los dos primeros, el texto griego presenta el pronombre relativo ὅς, compuesto por las letras ómicron (Ο) y sigma (Σ). Este pronombre se traduce como “quien” y forma parte de la frase Ὃς ἐφανερώθη ἐν σαρκί, es decir, “quien fue manifestado en carne”.
Estos códices están escritos en letras unciales, es decir, en mayúsculas, sin separación entre palabras y con uso de abreviaturas conocidas como nómina sacra. Palabras recurrentes como “Jesús”, “Cristo”, “Espíritu Santo” o “Dios” aparecen abreviadas. En el caso de “Dios”, el sustantivo griego θεός se representa por ΘΣ, compuesta por la letra theta y la sigma, con una raya sobre ambas como señal de abreviación.
En el Códice Alejandrino, sin embargo, ocurre una alteración paleográfica. El pronombre relativo ὅς (os), representado por ΟΣ, aparece modificado: se añade un trazo horizontal sobre la ómicron, lo que convierte gráficamente la letra en una theta. De este modo, el texto ya no muestra ΟΣ, sino lo que parece ser ΘΣ, es decir, la abreviatura de “Dios”. Esta modificación convierte una forma relativa en un sustantivo abreviado. El lector interpreta entonces que el sujeto del verbo es “Dios” en lugar de “quien”.
Los códices más antiguos y textualmente más fiables contienen el pronombre ὅς (os), no el sustantivo θεός (Theos). Esto descarta la lectura “Dios fue manifestado en carne”, ya que el sustento paleográfico para tal afirmación es tardío y producto de una confusión gráfica.
Algunos intérpretes modernos, al decir que “Dios se manifestó en carne”, utilizan una formulación reflexiva que no corresponde con el texto griego. En español, la construcción “se manifestó” incluye el pronombre reflexivo “se”, que indica que el sujeto ejecuta una acción sobre sí mismo. Sin embargo, en 1 Timoteo 3:16 el verbo ἐφανερώθη no está en voz reflexiva, sino pasiva.
La voz activa describe una acción que el sujeto ejerce sobre otro. Por ejemplo, “Yojanán pintó la casa”. La voz pasiva indica que el sujeto recibe la acción: “La casa fue pintada”. Y la voz reflexiva describe una acción que el sujeto realiza sobre sí mismo: “Yojanán se pintó la cara”. El griego del versículo en cuestión utiliza ἐφανερώθη (ephanerothe), que es voz pasiva del verbo φανερόω (phanero), y significa “fue manifestado”, “fue hecho visible” o “fue hecho manifiesto”.
Por lo tanto, decir que “Dios se manifestó” supone atribuirle una acción reflexiva que el texto griego no contiene. El griego no afirma que el sujeto actuó sobre sí mismo, sino que fue objeto de una acción ejercida por otro. El texto dice literalmente: Ὃς ἐφανερώθη ἐν σαρκί (os ephanerothe en sarki), es decir, “quien fue manifestado en carne”. No dice “Dios”, ni “se manifestó”.
La página bibliarevisada.com ofrece una traducción directa e interlineal del texto griego, donde se puede verificar este análisis. La primera parte del versículo dice: Καὶ ὁμολογουμένως μέγα ἐστὶν τὸ τῆς εὐσεβείας μυστήριον· Ὃς ἐφανερώθη ἐν σαρκί, que se traduce: “Y homólogamente grande es el misterio de la devoción: quien fue manifestado en carne”.
El verbo ἐφανερώθη (ephanertohe) tampoco alude al nacimiento ni a una supuesta encarnación. El término se relaciona con el hecho ser hecho visible, no con el acto de nacer. Es el mismo verbo utilizado en Juan 21:14: ἐφανερώθη Ἰησοῦς τοῖς μαθηταῖς (efanerothe Iesous tois mathetais), es decir, “fue manifestado Jesús a los discípulos”. Este uso confirma que la acción de manifestar proviene de un agente externo. Jesús fue hecho visible a los discípulos, no se hizo visible a sí mismo.