MATEO 8

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Mateo 8:4 – Ὅρα (Hóra):

«Mira, a nadie digas, sino ve y muéstrate al sacerdote…»
Forma imperativa de ὁράω (horáo, «ver», «mirar»). Aunque literalmente puede significar «mira», en contextos imperativos enfatiza «presta atención» o «asegúrate». Jesús utiliza esta expresión para dar un mandato claro y solemne al leproso, subrayando la importancia de la discreción y la obediencia a la Torá.

Mateo 8:24 – σεισμός (seismós):

«Y mira, se produjo un gran temblor en el mar…»
Sustantivo que significa «sacudida» o «temblor», usado para describir terremotos o disturbios violentos. En este pasaje, indica una agitación extrema de las aguas debido a una tormenta, subrayando el poder de los elementos y el dramatismo del evento.

Mateo 8:26 – δειλοί (deiloí):

«¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?»
Adjetivo que significa «temerosos», «miedosos» o «cobardes». Denotar falta de valentía o firmeza ante el peligro. En este contexto, Jesús reprocha la falta de confianza de los discípulos durante la tormenta. En Apocalipsis 21:8 se traduce como «cobardes».

Mateo 8:29 – Τί ἡμῖν καὶ σοί (Tí hemîn kai soí):

«¿Qué tenemos que ver contigo?»
Expresión idiomática que literalmente significa «¿Qué [es] a nosotros y a ti?». Utilizada para denotar distancia, rechazo o desconexión. Los demonios la emplean para cuestionar la intervención de Jesús y expresar su resistencia ante su autoridad.

Mateo 8:29 – hijo de Dios (υἱὲ τοῦ θεοῦ «huie tou Theou»)

La expresión «hijo de Dios» en el judaísmo del Segundo Templo se refiere a la figura mesiánica ligada a las promesas hechas a David. Según estas, el Mesías sería un descendiente de la casa real davídica, considerado hijo en un sentido adoptivo por parte de Dios, quien actuaría como su padre protector y garante de su misión. Este concepto surge de textos como 2 Samuel 7:14, Salmo 2:7 y 1 Crónicas 17:13, donde se establece la relación simbólica de paternidad divina con el linaje davídico.

En este contexto, «hijo de Dios» no implica ninguna idea de filiación literal o biológica, ni las nociones de consustanciación desarrolladas en la teología cristiana posterior. Se entiende más bien como una designación funcional y simbólica que refleja la elección divina del Mesías para cumplir con las promesas de restauración y justicia del reino de Israel.

Esta interpretación está firmemente anclada en el judaísmo de la época y debe analizarse a la luz de las esperanzas mesiánicas y las expectativas de redención nacional, sin superponer conceptos teológicos cristianos que emergieron en etapas posteriores.

Mateo 8:29 – βασανίσαι (basanísai):

«¿Viniste aquí antes de tiempo para atormentarnos?»
Infinitivo del verbo βασανίζω, derivado de βάσανος (piedra de toque). Básicamente es un instrumento empleado para probar la calidad de los metales preciosos por medio de la fricción.

Mateo 8:30 – ἀγέλη (agélē):

«Y estaba lejos de ellos una manada de muchos cerdos pastando»
Del verbo ἄγω (ágo, «guiar», «conducir»). Indica un grupo cohesionado de animales bajo supervisión, no un agregado desorganizado. En este contexto, sugiere que los cerdos estaban pastoreados, destacando el contraste con la posterior dispersión caótica de la manada al precipicio.


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