SHEMOT 23

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En Éxodo 23:1, la frase «לא תישא שמע שוא« (lo tisa shema shav, «no levantarás oído vano») es una expresión compleja que abarca varias interpretaciones, todas relacionadas con la prohibición de aceptar o dar cabida a declaraciones carentes de verdad o fundamento.

Interpretaciones en arameo y griego:

  1. Targum Onkelos: Traducido como לָא תְקַבֵּל שְׁמַע דִשְׁקָר (la tekabel shema dishkar, «no aceptarás testimonio falso»). Onkelos interpreta la expresión en el sentido de prohibir la atención o aceptación de palabras que contienen falsedad, destacando el énfasis en el carácter verídico de los testimonios y declaraciones.
  2. Targum Jonathan: Utiliza la traducción לָא תְקַבְּלוּן מִילֵי שִׁיקְרָא (la tekablun milei shikra, «no aceptaréis palabras falsas»). Jonathan amplía la aplicación aludiendo no solo al testimonio judicial, sino también a cualquier tipo de palabras engañosas, lo que incluye rumores y calumnias.
  3. Septuaginta: En griego, se traduce como Οὐ παραδέξῃ ἀκοὴν ματαίαν (ou paradexē akoēn mataian, «no aceptarás oída vana»). Aquí, el énfasis está en no recibir palabras que carecen de valor, sean falsas o simplemente inútiles, conectando esta prohibición con la idea de rechazar lo vacío y sin sustancia.

El término שַׁוְא (shav, «vano» o «falso») en hebreo bíblico puede referirse tanto a lo superfluo como a lo falso. En este versículo, el contexto sugiere que la prohibición se dirige a la aceptación o propagación de información que pueda causar daño, sea en el ámbito judicial (testimonio falso) o en la esfera social (calumnia o rumor). La Torá enfatiza la importancia de la verdad y la justicia, prohibiendo cualquier participación activa o pasiva en la difusión de falsedades.


En Éxodo 23:1, la frase יָדְךָ עִם־רָשָׁע (iadja im-rasha, «tu mano con el malvado») se interpreta en el Talmud, Sanedrín 23a como una advertencia contra cualquier asociación o colaboración con personas injustas, especialmente en contextos legales o de testimonio.

El Talmud presenta la enseñanza de Rav Yehudá en nombre de Rav, quien establece que los testigos no deben firmar un documento a menos que sepan quién más lo firma con ellos. Esta regla pretende evitar que un testigo justo se asocie inadvertidamente con un testigo malvado, lo que podría desacreditar el testimonio o el documento entero. La interpretación talmúdica conecta esta enseñanza con la frase יָדְךָ עִם־רָשָׁע, entendida como una prohibición de actuar en colaboración con alguien corrupto, ya que ello podría implicar la validación de su maldad o el encubrimiento de su injusticia.

Diferencia entre las opiniones de los Sabios:

  • Rabí Meir: No adopta la postura de Rav Yehudá, y sugiere que los testigos no necesitan verificar la identidad o la reputación de quienes firman con ellos.
  • Los Rabinos (Rabanán): Aceptan la enseñanza de Rav Yehudá, y consideran fundamental la responsabilidad de los testigos de conocer a sus cofirmantes para garantizar la integridad del proceso judicial.

En Éxodo 23:3, la frase לֹ֥א תֶהְדַּ֖ר (lo tehadar, «no honrarás») se refiere, según Abraham ibn Ezra, a la prohibición de mostrar parcialidad hacia alguien por su condición de pobreza. Este mandamiento establece que la justicia debe ser imparcial y no influenciada por la situación económica o social de las partes involucradas.

Ibn Ezra señala que este principio se aclara aún más en Levítico 19:15, donde está escrito: לֹא־תִשָּׂ֣א פְנֵי־דָ֔ל וְלֹ֥א תֶהְדַּ֖ר פְּנֵ֣י גָד֑וֹל בְּצֶ֖דֶק תִּשְׁפֹּ֥ט עֲמִיתֶֽךָ (lo tisa fenei-dal velo tehadar penei gadol betzedeq tishpot amiteja, «No favorecerás al pobre ni honrarás al poderoso; con justicia juzgarás a tu prójimo»). Este versículo amplía la idea, al prohibir cualquier favoritismo, ya sea hacia el pobre por compasión o hacia el rico por respeto o interés.


En Éxodo 23:8, el término פִּקְחִ֔ים (pikjim, «abiertos») proviene de la raíz hebrea פקח (paqaj), que literalmente significa «abrir». Esta raíz está asociada con la activación de los sentidos, especialmente con la apertura de los ojos o los oídos, como se observa en varios versículos.

En Génesis 3:7, el verbo ותפקחנה (vatipaqajna, «fueron abiertos») describe cómo los ojos de del hombre y la mujer se abrieron después de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.

En Isaías 42:20, la expresión פקח אזנים (paqaj oznayim, «abre los oídos») se refiere a la capacidad de escuchar atentamente y entender profundamente.

Ambos usos destacan la conexión de esta raíz con la percepción sensorial y la comprensión cognitiva.

En el contexto de Éxodo 23:8, פִּקְחִ֔ים alude a personas que poseen la cualidad de discernir y comprender las implicaciones éticas y legales de sus acciones. Sin embargo, el texto advierte que incluso estas personas, cuya percepción y juicio son agudos, pueden ser cegadas por el poder corruptor del soborno.


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